NANO MÁRQUEZ

MI EXPERIENCIA CON...¿LEONARDO?

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    Muchas personas de las que me han visto actuar me comentan después del espectáculo: -¡Que lindo Leonardo! Lo había visto en tu web pero es mucho más bonito en "persona". Les corrijo y les digo que no es Leonardo, al menos ya no. Me explico.
 
    Después de un año conmigo, quise buscarle pareja a Leonardo, así que fuí a uno de esos lugares que teóricamente entienden de animales, concretamente de aves. Les pedí una hembra de tórtola blanca y, para empezar, me la dieron metida en una red de esas en las que se envasan las naranjas,otras frutas y hortalizas. Con mucho cuidadito la saqué no fuera que estuviera enganchada en la malla, la dejé que reposara un largo rato, que viera el entorno. No voló. Tras unas horas la metí en una jula con la idea de ponerla junto a la de Leonardo para que fueran tomando contacto visual.
    Al día siguiente las saqué y las coloqué juntas en un galán. Leonardo se mosqueó un poco y quiso dejar claro quién era el veterano en la reunión a base de aletazos y picotazos. Pasados unos días repitiendo este proceso las metí juntas en la misma jaula al ver que las hostilidades iban cesando.
    Observé también que cuando sacaba a las palomas al sálón sobre el galán, Marie tenía un vuelo errático y descontrolado. Inspeccionándola noté que tenía un hundimiento en el costillar derecho que no la dejaba aletear adecuadamente. Ni siquiera pensé en devolverla; me consta la falta de escrúpulos de muchos tratantes de animales que cuando el bicho no es apto lo arreglan con un ligero torcimiento de cuello. Se lo cargan, vamos. Y decidí que me la quedaría y la sacaría en números en los que no necesitase que volara.
    En ese trancurso me fuí informando sobre la cría de palomas (temperatura, espacio, nido...).
    Pasó algún que otro mes y yo, que sabía que las palomas ponen huevos incluso sin estar fecundadas, comencé a extrañarme de que la hembra, a la que llamé "Marie", no hubiera puesto ni un huevo.
    Marie empezó a cantar: -"¡CURRRRRRRRRRRRRRRRRRUUUU, CURRRRRRRRRRRRU!". Yo creía que con esa intensidad solo lo hacían los machos.
    Un día me levanté por la mañana y ví un huevo en la jaula (¡que ilusión!). No había pasado una semana y me encontré otro. "Esto marcha" pensé yo, aunque veía que los cánticos de Marie no cesaban y que Leonardo estaba muy cerca de los huevos todo el tiempo (mmmmmmmmmmmmh, ¡que sospechoso!).
    Calculando más o menos el tiempo para la  siguiente puesta, y observando el comportamiento de ambos, dispuse a alos plumíferos en jaulas separadas, así descubriría quien puso los huevos y...¡Diantre! ¡El siguiente huevo apareció en la jaula de Leonardo! ¿Cosa de magia?¿O de incompetencia de los vendedores?
    Ponte ahora a cambiar nombres. Para la que era Leonardo pensé en adoptarle el de "Marie", pero no; "Columbia", pero tampoco; quería que fuera algo relacionado con el nombre anterior, así que le puse "Gio" (Giocconda). Y a Marie le puse "Don Curro Cervantes", Curro por los cánticos y Cervantes por su problemilla del ala.
 
    Ya sabéis, no os fiéis de los tratantes ineptos que, aunque las tórtolas son difíciles de sexar más aún cuando son jóvenes, ellos son los "expertos" ¿no?.
    Aún así, he tenido muuuuuuuucha suerte; tengo viviendo a dos ejemplares increíblemente bellos, a los que cuidar es un privilegio para mí.

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